ESQUEL 12May
El "Viejo Expreso Patagónico" es parte de la historia de la Patagonia argentina. El tren, conocido como "La Trochita", guarda el recuerdo del esfuerzo de quienes alguna vez vieron en estas tierras agrestes un futuro prometedor. Pero desde que el volcán Chaitén empezó a repartir cenizas, La Trochita descansa en un galpón de la Estación Esquel hasta nuevo aviso."Es la primera vez en los 23 años que hace que soy maquinista que decidimos suspender las salidas de La Trochita", cuenta Carlos Agüero, un ferroviario que llegó al Sur desde el pueblo bonaerense Tres Algarrobos con aquel Ferrocarriles Argentinos que alguna vez fue grande.Frente a la estación, Rubén Reynoso, un viejo maquinista, intenta hacer memoria: "Creo que la única vez que suspendimos los viajes por unos días fue en el año 84, por una caída enorme de nieve que mantuvo bloqueada las vías", cuenta.Hace diez días, cuando decidieron que ése iba a ser el último viaje de La Trochita, "la ceniza era insoportable, tanto para nosotros que manejamos muy expuestos como para la locomotora y los coches, porque la ceniza es tan abrasiva que se empasta con el aceite y desgasta los ejes", explica Carlos. Y se entiende que, por ser un patrimonio histórico y cultural, vale la pena el resguardo."También decidimos no salir más porque veíamos que los turistas que antes subían al tren y viajaban por un paraíso, ahora no veían nada. El turista no va a venir a padecer", dice Carlos, que ahora se ocupa de limpiar la locomotora en el galpón.En ésta época del año, La Trochita, que llegó a la inmensidad de la estepa patagónica en 1945, funciona tres veces por semana y lleva a unas 100 personas por salida. No tienen idea cuándo van a retomar los viajes. Pero saben que el tren volverá a ser lo que era. De a poco.
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