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Hola Amigos, especialmente, en este caso de la Argentina. En esta ultima semana he pasado por dos hechos vinculados a los trenes sobre los que me habian surgido ganas de escribir algunas reflexiones. El domingo fue finalmente lluvioso, fui a AFBA con toda la intención de acompañar a amigos, recordar los buenos tiempos del lugar y, porque no, comer un buen almuerzo cuyo menú no conocía previamente en ese vagon comedor tan nuestro, tan parte de nuestra identidad que es parte del espíritu de AFBA y que seguramente cualquiera que haya pasado por las tertulias ferroviarias que en todos los tiempos allí han acontecido, recordará siempre con cariño y nostalgia. Si algun sentimiento primaba en el viaje en auto hacia el lugar era el de nostalgia, sin duda. Luego la cosa fue cambiando, muchos amigos presentes, de los de alterna y los de continua, algunos particularmente con quien no nos vemos muy seguido que siempre tienen cosas vitales y divertidas para contar, como Eduardo Lazzari, otros, los de siempre, Gusonesto, Sergio y Mariano, los de AFBA de ahora, y los de AFBA de siempre. La comida, asado criollo, supero ampliamente mis espectativas y luego una torta impresionante -con decoración incluida- por los 44 años del club esperando ser cortada y comida Hasta que, para antes de cortar la torta y disfrutar el brindis (con una sidra especialmente helada y bien dulce), se para un señor, ya entrado en años, que es el actual presidente del club, y papiro en mano amenaza con un discurso que parece largo Uhhh... Y el discurso ni fue largo, ni fue tedioso. Fue la enumeracion de algunas cosas que han marcado la trayectoria de AFBA, algunas cosas del presente, y las intenciones y posibilidades de futuro en el marco de nuestra realidad social y economica AFBA ha hecho una maqueta de aprendizaje nueva, ha remozado la maqueta de corriente alterna que tantas veces habremos usado los marklinistas en el pasado, ha sacado el vagon quemado en el incendio, y tiene la intención de instalar en el proximo mes un alambrado perimetral alrededor de los vagones. Y luego, a jugar en los trenes. La maqueta de alterna definitivamente mas verde, seis o siete marklinistas -infaltable, Gusonesto incluido- detras de aquel lado del mostrador mostrandole a chicos con la ñata sobre el tendido el correr de sus trenes. En fin, sentí que lo menos que podia hacer por un lugar que siento como parte de mi identidad era volver a hacerme socio. No creo que tenga muchas oportunidades de ir -quizas sí- pero tuve la necesidad de estar ahi, como tambien la ha tenido Sergio con quien una vez mas coincidimos en la misma forma de pensar sobre estas cosas. Luna de Avellaneda era la película -creo que tambien de Campanella- que hablaba de la identidad, del club de barrio, del espacio querido. Claramente esto no es un club de ferromodelismo como los alemanes, o como Sabadell. Se podra decir que no hay recursos, mas bien que tampoco hay organización, y que en general hay en la Argentina poca vocación de trabajo en equipo, constructivo y tirando para adelante. Pero es, como dicen los chicos, es lo que hay. Es lo nuestro, lo que fue nuestro antes, lo que es nuestro ahora, y nuestro espacio comun, como aquel club barrial de Avellaneda. Hoy es la noche. Mi mujer me esta apurando para salir a cenar con mi hijo Pablo y mi "hija" temporaria Cecilia, la novia de Pablo. Viene cada rato sugiriendo respetuosa pero insistentemente que el restaurante se va a llenar, pero quiero terminar este mail, y tambien respetuoso y con "flexible firmeza" preservo este lugarcito. ¿Conocen? Esta tarde andaba por Warnes llame a Gustavo y estaba a diez cudras casi partiendo con un tren especial solidario hacia Concordia. Fui a verlo, encontre amigos, a él, al grandioso Ingeniero Oscar Garro. La locomotora, una pena, dificilmente suba sola la pendiente del complejo Zarate Brazo Largo, los vagones, algunos remozados, otros no, las vias ya solo de la estación no eran todo lo paralelas que en verdad deberian serlo. Federico Lacroce y su entorno, igual que en mi niñez pero mas roto, mas viejo, mas descuidado, y de alguna forma tambien mas sucio. Salvo el frente del cementerio, muy bien cuidado y de una singular belleza arquitectónica, con su nuevo color rosa salmón, daba al entorno un dejo de actalizacion. El tren era un tren solidario pero ademas politico. Barras de sindicalistas con Jose Pedraza a la cabeza (histórico sobreviviente de la ley Mucci, para los mas jovenes la ley Sindical que Alfonsin perdio por un voto al inicio de su gestión que pretendia evitar que los dirigentes sindicales se perpetúen en el poder. En fin. todo muy folcklorico, pero tambien todo muy nuestro. El sentimiento, esta vez fue mas agridulce. Bien, por el tren solidario, bien por el impulso al tren, pero mal porque un tren del cuarto mundo, aun con algunos vagones cincuentenarios mejorados, tarde quince horas en hacer quinientos kilometros. En fin, nuevamente, es lo que hay. Es, tambien, y en otra medida, lo nuestro Sin relectura, porque no hay tiempo, finalmente la negociacion se agota, y la firmeza flexible tiene que ser mas flexible, , la presion es fuerte, disculpen los errores de sintaxis, ortografía o redacción que pueda haber, esto tambien, es lo que hay.
Daniel Avenburg
Buenos Aires
Argentina
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